Ha dejado la institución Perla Álvares luego de que hace tan solo unos meses, Miguel Ángel Verón fuera desvinculado de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, al ser destituido de su cargo de director de Planificación Lingüística. Ambas pérdidas son lamentables, esperamos sepan dentro de la SPL valorar la situación que están atravesando y las consecuencias de perder a dos de los mayores cultores y defensores de la lengua guaraní.
Perla ha llegado con méritos y logros destacados al lugar que ocupaba en la Secretaría de Políticas lingüísticas promotora incansable por los derechos humanos y lingüísticos, señalada como una de las 12 mujeres avanzadoras del mundo de 2015. A continuación trascribimos una nota completa de Miguel Ángel Verón, su marido quien conoce de primera mano toda la situación:
«La Secretaría de Políticas Lingüísticas pierde a una gran técnica
La Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL), desde hoy, 22 de junio, deja de contar con una gran técnica, luchadora incansable por los derechos humanos y lingüísticos, una de las 12 mujeres avanzadoras del mundo de 2015, una de las personas clave para el logro de la Ley de Lenguas en el 2010: mi compañera de vida Perla Álvarez.
No soy la persona indicada, quizás, para hablar de esta pérdida para la institución, pero la lamentable situación por la que estamos pasando en la SPL, y dado que la afectada por su humildad se llamará al silencio, me atrevo a describir brevemente las razones por las que la misma abandonó esta Secretaría que tanto amamos.
Convencido de que era posible aportar nuestras fuerzas y nuestras modestas capacidades en la SPL, le insistí a Perla para que se presentara al concurso de oposición que se realizó a mediados de 2014 en la institución. Desde un principio rechazó rotundamente, dado que, según ella, era muy difícil trabajar desde el Estado, que sería más beneficioso a la lengua guaraní y las lenguas indígenas del Paraguay, impulsar desde la sociedad civil los cambios necesarios para las transformaciones favorables al plurilingüismo paraguayo. No obstante, la convencí a unos días del concurso, y se presentó. Como se esperaba, entró entre los primeros, y luego de su nombramiento, se incorporó como técnica y luego como encargada de la jefatura de departamento en una de las direcciones temáticas.
¿Qué la movió a abandonar la SPL?
Perla renunció fundamentalmente por dos razones: la primera, porque no compartimos las posturas absolutistas y el ambiente de desconfianza creado en la institución desde este año, dado que creemos que la actual política de la institución viola los principios que movieron a miles de ciudadanos y ciudadanas a impulsar la Ley de Lenguas y la creación de esta Secretaría, hace más de una década. La segunda, en solidaridad con mi persona y como protesta de tantos desaires que he pasado y estoy pasando en la institución.
Como es de público conocimiento, en marzo del presente año fui separado de la Dirección General de Planificación Lingüística, de la cual fui director por casi dos años. Desde esa fecha, a pesar de que me callé pensado que sería la mejor manera de colaborar para que los planes y proyectos de la institución siguieran su curso normal, he sido objetivo de infamia de toda laya de parte de algunos altos funcionarios de la SPL. Cuando volví a la institución después de usufructuar mis vacaciones, como se me adelantó, fui destinado a la Dirección General de Gestión y Desarrollo de las Personas (recursos humanos), en el folclórico “freezer”. Soporté tesoneramente todo tipo de tratos indignos, esperando un comisionamiento, dado que varias instituciones se interesaron de mi concurso. El pasado 15 de junio, el señor Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación solicitó a la Ministra de la Secretaría de Políticas Lingüística mi comisionamiento para prestar servicios en la Comisión de Educación, Cultura y Culto de esa Cámara. A través de una nota fechada el día 18 de este mes, la Ministra de la SPL rechazó el comisionamiento.
Juntos hemos decidido con Perla renunciar a nuestras funciones en la SPL como protesta de tantos desaires y para resguardar nuestra salud mental. Pero después de una larga reflexión, decidimos alegrarles a medias a los que ahora con tanta incapacidad están administrando esta noble institución: que ella sola renunciaría. Yo seguiré batallando desde dentro como he hecho desde que ingresé a la institución desde 2011, a pesar de que el actual ambiente laborar es pernicioso para la salud física y mental. Hoy urgí a la máxima autoridad de la SPL que me reponga en la dirección para la cual he ganado el concurso, dado que no tengo nada que hacer en la dirección a la cual fui destinado, porque no me he formado para ello. He ganado el concurso para la Dirección General de Planificación Lingüística, y fui nombrado para cumplir mis funciones en esa dirección, según el Decreto 2440 de octubre de 2014.
La Ley 1.626 de la Función Pública, en el Capítulo VIII, contempla los derechos de los funcionarios públicos. La misma estable este derecho en el inciso l) Prestar sus servicios en el lugar en el que fuera nombrado. Sin que medie un sumario administrativo, he sido apartado del lugar en el que fui nombrado, y destinado a una dirección para la cual no me formé.
Hi’ã chéve Perla ñes?, aréma o?va’ekue oipotáva che ñes?icha avei, omboguapy y ityai ha oporombopy’aguapyjey Paraguái Ñe’?nguéra Sãmbyhyhápe, jaikuaápype py’atytýi ha ñe’?guyguýpe ndaikatuiha oñemba’apo hekópe. Aha’arõ avei toñemoañete Léi 1.626 he’íva, ha tajeguerahajey aike haguépe nombramiento rupi. Nahi’ãiri chéve añemboja Secretaría de la Función Pública ha ambue hendápe oguerosapukái hag?ua royrõ ahasáva, katu nañehendúiramo añembojamanteva’erã tekotev?hápe, ndajepokuaái rehe aiko t?ndyhápe. Che nañokarãi ha nañorairoséi avave ndive, katu ajekutukúnteramo ajetyvyromanteva’erã.
Paraguái ñe’?nguéra oikotev? tapicha ipy’a ha iñakãporãva rehe; ha’ekuéra oikotev? tapicha oñemongu’e ha omba’apóva rehe, ha ndaha’éi umi kapatáicha oikóva oporomongyhyje, oikupylia ha ojoko joko umi añetehápe omba’apo ha omba’aposévape Paraguái ha iñe’?nguéra ko’? pyahurã rehe.
Che maitei royvéva opavavépe.»
Miguel Verón